Me llamo Ezequiel “Mago” Pedraza, desde chico, juego al Rugby, en mis comienzos en la pre novena, era más bien gordito y petiso, me decían tapón.
Estaba destinado a jugar de Hoocker ó de pilar izquierdo, sin embargo, me encantaba patear, era un fana de los kicks, y practicaba a patear de drop.
En esa época los estúpidos entrenadores como Lalo y Pepe, te prohibían patear, creo que hasta el reglamento de la UAR, lo prohibía, pero a mí me divertía.
Siempre soñaba con jugar de Fullback, aquel tipo que tomaba una decisión, que podía cambiar la fortuna del juego, si atrapaba la pelota y la pateaba francamente afuera, y si picaba, line en donde sale, con el aplauso del público ó si te salía un moco, y no lograbas sacarla, y se convertía en arma de contrataque y posibilidad muy alta de try en contra.
Me acuerdo que admiraba a los grandes fullbacks de la historia, como nuestro Martín Sansot, que jugando contra Francia en Vélez. Argentina empataba, patada de Francia, él sólo en las 25 yardas (así se decía antes), la sacó de cabeza, con toda la carga de caballería de los potentes forwards y backs de le Bleu. El estadio explotó en aplausos, Martín agachó la cabeza y siguió jugando como algo normal.
En un partido contra Los Desamparados de Villa Dálmine XV, yo intenté hacer lo mismo la pelota no la cabeceé nunca, y el gordo Matraca me pisoteó agarrando la pelota y tirando sus 140 kilos en el Ingoal de nuestro club, todavía está la marca, el gordo es como Atila, donde se tira él, no crece el pasto.
En la final Hindú, CASI, me acuerdo que Fernández Miranda le avisó al lineman, que iba a cantar un mark con los dos pies en el piso, y después se iba a caer, saliendo afuera por la inercia, efectivamente fue así, me acuerdo que estaba ese día en el viejo estadio Académico, y me puse a llorar de emoción cuando vi, semejante acto de destreza y de premonición humana.
En el partido contra Ciencia y Sudor de Pichincha, le canté al lineman que era uno de su club, cante el mark, Salí de la cancha, no sólo no me cobraron el mark, sino que hicieron el try, y el tipo que corría pisó la línea de touch, y el lineman no levanto la vieja remera, que llevaba como banderín.
Encima me insultó y se burlaba de mí. Me enfurecí y lo puteé, el referí que estaba lejos no me vio ni escuchó pero se armó tal Batalla campal, que nos suspendieron la cancha por dos años, y a mí me suspendieron por seis meses.
A partir de ese hecho, me empezaron a llamar “El Mago”, mis compañeros decían que era un milagro que juegue, que no tackleaba, ni a mi propio abuelo.
Sin embargo en un partido de los Plays Off, frente a Unión de Bennevolenza de Carapachay, en el último minuto penal a 22 metros del Ingoal contrario y la metí y ganamos el partido, me levantaron en andas, toda la gente que nos miraba, que era un récord para nosotros, 20 personas sin los suplentes, nos levantaron en andas, y cantamos todos.
Después llegamos a la semifinal y perdimos ahí nomás con “San Eucaristo”, un equipo que contaba con fuertes forwards, todos laburantes del Matadero de la zona, los llamaban los cuchilleros.
Este es un mundo distinto al Top Catorce, sin embargo, nos esforzamos por ser mejores día a día, como el Gordo Pilar, “Moscato frío”, que ya lleva bajados 23 kilos, pesa sólo 160k y mide 1.60m, todo un ídolo.
Siempre el viernes a la noche, me preparo la ropa en el bolso, me acuesto en la cama con la ovalada y pienso en ese kick, salvador, que despejará el peligro del Try contrario, mientras digo esto, mi vieja, me deja la sopa caliente, mi viejo, me da el beso de las buenas noches; y yo con mis 47 años, me voy a dormir pensando en toda la gloria, que me espera!, que resuene en mis oídos…Mago!, Mago!.
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