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lunes, 25 de octubre de 2010
Chamigo.. (Su verdadero significado) - Por Daniel Sosa Cordero

Fábula de Forwards y Tres Cuartos

Carta del Tonga (Integrante de Buhos), Dia del Amigo 2007

Los Amigos (3º Tiempo)

Fila 9 - Por Fernando "Nando" Parrado

Cuando todo parece que termina, pero todo vuelve a comenzar...

Por los maestros de rugby, que nos enseñaron de chicos el espíritu del juego más bello junto a su técnica, sus leyes, la camaradería más fuerte y nos soportaron en las giras; que nos enseñaron a contener el entusiasmo en la victoria y la desazón en la derrota; que con la excusa de enseñar repiten lo que más disfrutaron como jugadores: pisar la cancha, correr, pasar la pelota, embarrarse, ver las haches de cerca… ¡Salud!
Por ese rugbier postergado que apenas entró un par de veces en la Intermedia como sustituto; que jugó sus mejores partidos soñando despierto y que llega al club todos los sábados a las 10:30, bolso en mano, para ver si queda un lugar en la Pre “C” y jugar de lo que sea, sentirse Richie McCaw por un rato y probar, así, que en el rugby hay lugar para todos… ¡Salud!
Por los forwards, que se hacen llamar pack (jauría) hasta que transpirados, resoplando sin aire ni piernas van perdiendo la ferocidad del lobo; con el sindicato de la primera línea que dice poseer el secreto alquímico del rugby esencial; con las torres de la segunda línea que ven pasar la pelota sobre sus cabezas en cada line-out; con los alas, psicópatas especialistas en tacklear a destiempo al apertura contrario, y el octavo, el único que se nombra por su número, especie de nowhere man que siempre quiso jugar de back… ¡Salud!
Por los backs, más vituperados por sus forwards que el equipo contrario; con el único que sabe lo que es tener la pelota en la mano: ese medio-scrum que habla, habla y habla…; con el apertura que goza de la dispensa especial de patear la guinda desde donde la reciba; con los tres-cuartos que se pasan las tres cuartas partes del partido mirando cómo los forwards disfrutan de sus scrums, mauls, rucks y line-outs hasta que la pelota llega al apertura que la vuelve a patear; con los centros que se entretienen cambiando de posición entre sí para no enfriarse y si alguna vez reciben un pase (nunca del apertura) corren a chocar con la defensa contraria para que los forwards reanuden los rucks, mauls y scrums; con los wings, tan alejados de todo junto al touch, confundidos con los espectadores pero sin sus derechos: no pueden insultar al árbitro; y el full-back, ese solitario culpable de errar el último tackle frente a cinco atacantes cuando toda la defensa erró los anteriores… ¡Salud!
Por los árbitros, verdaderos jueces de última instancia de un juego en el que las reglas se llaman “leyes”; que conocen sus mil y una interpretaciones aunque “no discutirás con el réferi” es la principal; que a veces pueden cambiar de parecer, y en medio de una explicación paternal lo piensan mejor y te mandan al sin-bin; que hablan, hablan, y hablan más que los dos medio-scrums juntos pero que, sin ellos, tampoco sería posible jugar… ¡Salud!
Por los Blazers (blue, o del color que sea), que jugaban sin hombreras ni protectores bucales y que si dejaban la cancha era por extremaunción; que organizaron y administraron el club para que nosotros pudiéramos aprender a jugar y criticarlos; que nos pasaron la guinda para que algunos organizáramos y administráramos el club para que jugasen nuestros hijos, los de los amigos y los nuevos, y criticarnos; que acertaron y se equivocaron, que no se llevaron ni un centavo (apenas una corbata regimental) y que pusieron mucho, mucho… ¡Salud!
Me podes decir porque seguis jugando ? - Para los Veteranos del Rugby

Una hazaña sin precedentes

El 10 de Octubre de 1987 el San Isidro Club se enfrentaba por segundo vez con el seleccionado australiano y lograba una hazaña sin precedentes. El SIC conseguía el resultado más relevante y significativo de su historia deportiva.
Aquel sábado en el estadio de Velez Sarfield, con el arbitraje de Efrain Sklar y ante unas 15.000 personas, el SIC logró conseguir un empate en 22 tantos frente a los fabulosos Wallabies, que contaron con jugadores de la categoría de Michael Lynagh, Mathew Burke, Nick Farr Jones y Simon Poidevin.
A punto estuvo la Zanja de alcanzar la victoria. Una conversión de Loffreda que salió desviada a tres minutos del final, producto de un try scrum, le hubiera dado la victoria final.
El SIC formó de la siguiente forma: Piran, Sainz Trapaga, A.Ramallo, Loffreda y Cuesta Silva; Madero y Soares Gache; Cirio, De Vedia y Conti; Gasso y Durlach; Cash, Angelillo y Lonardi.- Entrenadores: C. Villegas y J.J. Barcelo.
Desde este lugar, rendimos nuestras sinceras felicitaciones a todos aquellos responsables de tamaña hazaña deportiva para nuestro club.
Homenaje al Veco Villegas - Por Rodolfo Michingo O’Reilly (*)

El Veco era el orden, el respeto. Era el gran cuerdo, con todo lo que ello implica. Nada le quedaba nada suelto. Todo era lo previsto. No podía creer que, desde mi desorden, le ganáramos. Precisamente, desde las antípodas, decía que “el no tener orden” era mi mérito.
Dirigíamos por los años 70 los dos mejores equipos de Buenos Aires. La gente nos imaginaba con el enfrentamiento de los coaches de River y Boca (no sé, Passarella y Bianchi…) Eran el CASI y el SIC. Cuando, a principios de 1977 me fui a vivir a Punta del Este, el “Inge” vino un par de veces, en invierno. Siempre me imaginé que a verme. Charlábamos horas de rugby. Y, sino era sólo a verme, poco importa. Me avisaba y, con el correr de los años, lo decodifique como una demostración de amistad.
Después, a mi vuelta de Uruguay, ya en la conducción del Seleccionado, Veco nunca dudó en venir a darnos una mano, a Joe (ndr: José Argento) y a mí. Antes de la gira a Sudáfrica pero, centralmente, antes de ir a Australia. El equipo le agradeció su ayuda con el scrum-try con que concluyó el histórico test de Brisbane.
Por esa época íbamos a almorzar a un boliche en la esquina de Reconquista y Tucumán, creo. Siempre la mejor onda.
Ya en el 87 aportó lo suyo para ganarle a Australia, cuando el try de Cristito Mendy, en Vélez.
Y después, lo insólito. Estábamos en Mendoza con los Pumas. Suspendimos todo y nos volvimos a Buenos. Aires. Lo fui a recibir al pobre Bambi (ndr: Alfredo Soares Gache) que lo había ido a traer de Posadas. En el hangar de enfrente de Aeroparque. Nadie podía parar de llorar. No había palabras.
La misa en el SIC, donde el cura Dolan dijo que estaba enojado con Dios. Tenía razón.
Pero en algún lado estará enseñando el “empuje coordinado”. Esto como símbolo de su respeto por el juego, “that’s rugby”. Se debe haber encontrado con Jacques Fouroux . Otro loco. Ya nos vamos a encontrar todos.
(*) Ex entrenador del CASI y de Los Pumas. En este último convocó en varias oportunidades a Veco para que dé una mano. Mantenían una estrecha relación.