Logo Chamigos

Logo Chamigos

sábado, 11 de diciembre de 2010

El CASI del 80-82 está más allá de los récords - Historias

Alguna vez escribimos en este mismo espacio que el juego de las comparaciones es muchas veces un recurso periodístico y un entretenimiento en las charlas entre amigos, pero al que los protagonistas de los hechos le quitan importancia. Bien ganado tienen el reconocimiento estos jugadores del SIC que están realizando una brillante campaña y que el sábado se dieron un doble gusto: alcanzar el récord de 32 partidos invicto que ahora comparte con el CASI del 80-82, y lograrlo en la única vez en la historia que hizo de local en la cancha de su eterno rival. Es más: ese plantel de La Zanja tiene todo para seguir festejando, pues en la próxima fecha enfrentará a Newman con grandes posibilidades de al menos no perder, y después, quizá ya con el récord absoluto, se topará nada menos que con La Academia. Cartón lleno, entonces, para un club que es ejemplo en el rugby.
Pero, periodistas al fin, no nos quedaremos sólo en destacar a este SIC que cumple con los mandatos del inolvidable Veco Villegas. Por eso hoy queremos recordar a aquel CASI que formó Luis Caña Varela y que ahora está viendo cómo se le está yendo apenas un número estadístico que parecía imposible de superar. Es que aquel cuadro fue, sin dudas, y refrendado por gente con años de esto, uno de los mejores en la historia del rugby local.
El CASI de comienzos de los 80, rey del maul, fue imbatible en quizá la mejor época del rugby argentino. No existía el profesionalismo, y todas las figuras estaban aquí. Por eso, los del Caña Varela debieron chocar con el Banco Nación de Hugo Porta; el SIC de Loffreda, Madero, Petersen, Soares Gache y compañía, con el Veco Villegas en el banco; el CUBA de los Miguens y el Flaco Ure; el Pueyrredón de Sansot y Landajo; el Hindú de los hermanos Iachetti. Conjuntos que le daban al torneo un nivel que hoy no posee y que sirvieron para formar una camada de Pumas que está entre las tres más poderosas de la historia.
De un viaje a Sudáfrica a comienzos de los 80, Varela trajo elementos novedosos para la Argentina en cuanto a entrenamiento. Y los jugadores se adaptaron perfectamente. Aquel CASI tenía una primera línea formidable con Devoto, Courreges y Morel: una segunda demoledora con Branca y Gabriel Travaglini (luego Morelli); una tercera línea feroz, con García, O’Connor y Jorge Allen; un medio scrum cerebral con Andrés Nicholson; un apertura-crack con Gonzalo Beccar Varela; dos centros completos con Varone y Fijalkaukas; dos wines definidores con Puccio y Venegas y un full-back seguro con López Imizcoz. Ese CASI, sin dudas, prevalecerá más allá de las estadísticas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario