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martes, 2 de noviembre de 2010

Yo que jugué al Rugby - Mohicanos Classic

Yo que jugué al rugby cada tarde de sábado gris y plomizo. Tardes de linimentos, cardenales, esfuerzo, y sudor. Aún huelo el verde del césped y mi mente se pierde en mil recuerdos. Sé que pronto mis piernas tal vez ya no quieran tantas salidas de tercera, a pesar que mi cabeza siga buscando la cadera del número uno. Del rugby aprendí una valiosa liturgia, útil bagaje para el resto de la vida cotidiana. Aprendí que quince empujan más que uno, pero que si uno no empuja, el resto lo nota. Aprendí a callar, a bajar la cabeza con respeto sin sentirme menos que nadie, a ser honesto, y vaciarme para quedarme lleno. A comprender que por el simple hecho de formar en círculo, abrazando a tus compañeros, repitiendo la palabra humildad, humildad una y otra vez, ya has vencido; independientemente de que te dejen en cero o no. Aprendí que los pasillos son importantes. Sobre todo cuando has ganado y debes premiar el esfuerzo del otro equipo.

Yo que jugué al rugby, aprendí a saber aceptar sin quejarme; a no resignarme; a trabajar para saber lo que cuesta ganar un metro en silencio, y lo fácil que es perder diez por no saber callar. A respetar las decisiones de una forma férrea; a aplaudir los errores de mis compañeros, que también son los míos; y sobre todo a levantarme cien veces. Este deporte de rufianes practicado por caballeros, me enseñó valiosas lecciones. Muchas ajenas e incomprendidas a ojos de los no iniciados. A un día después lleno de dolores y magulladuras, feliz y realizado por la entrega, el compromiso, y muchas otras cosas que mi madre nunca entendió. A saber el valor de un áspero polo a rayas; malla del valor y el deber. A un tercer tiempo donde todo lo que queda son anécdotas, abrazos, caballerosidad, camaradería, risas, y un hasta la próxima.

Si alguna vez jugaste al rugby, siempre serás miembro de una familia sin fronteras, con una lengua, un pensamiento, y una visión común. ¿El sitio?, da igual el lugar del mundo, ya no habrá barreras. Aún cuando lo hayas dejado, las rayas te perseguirán, reconocerás alguna camisa en algún desconocido, y si le preguntas, ¿jugaste al rugby?, al instante estarás compartiendo una cerveza. Y… es que tal vez dejes de ser muchas otras cosas, pero ya siempre serás jugador de rugby frente a la vida



1 comentario:

  1. HACE 18 AÑOS QUE DEJE DE JUGAR AL RUGBY...HOY GRACIAS A VOS VOLVI A JUGAR MIENTRAS LEIA ESTE POEMA DIGNO DE SER ENTONADO POR LOS DE IMAGUARE, REALMENTE ES ASI, TENGO UN HIJO DE 10 AÑOS QUE JUEGA EN "INDU CLUB" DE DON TORCUATO (BS AS), LO ACOMPAÑO A TODAS PARTES PARA VERLO Y CADA VEZ QUE TOMA LA PELOTA Y CORRE SIENTO QUE ESTOY DENTRO DE ÉL PORQUE SIEMPRE VOY A SER UN RUGBIER. "ÑANDUPE RUGBY CLUB" DE CLORINDA(FSA), FUE MI CLUB...

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