En el rugby hay conceptos tan obvios y simples que muchas veces, justamente por ese motivo, no son tenidos en cuenta aun cuando son fundamentales para el juego. No debemos olvidarnos que, generalmente, la victoria se la lleva el equipo que hace mejor las cosas simples.
•Ningún entrenador por mayor conocimiento que tenga de lo que se requiere para cada puesto podrá responder todas las preguntas o solucionar todos los problemas que se le presentan cuando dirige un equipo. Un entrenador ganará estatura ante los ojos de sus dirigidos simplemente admitiendo que no está en condiciones de resolver cierta dificultad y que recurrirá a quien tenga la experiencia necesaria.
•La disciplina que mantiene el equipo durante un partido es la consecuencia de las actitudes que el entrenador les ha transmitido en las prácticas a sus jugadores.
•Pierre Villepreux prioriza el pase sobre cualquier tipo de destrezas o formaciones. Para el genial entrenador francés este deporte sólo puede ser jugado por aquellos que son capaces de tomar decisiones adecuadas. Y para eso hace falta talento y el talento también se entrena. Por eso, practicar sin oposición es engañarse a sí mismo, porque sin contrario, uno siempre realiza la opción correcta. El entrenamiento tiene que ser el ensayo del partido.
•El rugby es un deporte que ofrece infinidad de variantes de una gran complejidad. Pero los grandes equipos no son producto de complicados sistemas, ni de esquemas complejos, sino de grandes jugadores. Son ellos los que con su técnica y su talento llevan al equipo a la victoria.
•El extraordinario apertura australiano Mark Ella, que con sólo 20 años deleitó a los argentinos en 1979, decía que “si el apertura tiene la pelota una vez en sus manos es probable que la jugada termine en un line o un scrum. Si la toca dos veces es posible que sea try de un compañero. Y si la toca tres veces, lo más seguro es que sea try suyo”
•Cuando elogiaban al excepcional fullback galés JPR Williams por su notable oportunismo para entrar en la línea, él decía: “que no importa el lugar de la cancha donde uno recibe la pelota sino que depende de la calidad y la exactitud del pase”.
•Al segunda línea Colin Meads, uno de los mejores All Blacks de todas las épocas, cuando alguien hablaba de una “buena pelota”, él decía: "sólo existe la pelota y nosotros la queremos siempre ".
•Un error frecuente en los entrenadores que dirigen backs es meterles en la cabeza a sus jugadores que es imposible quebrar la línea de tackle de una formación fija. Este preconcepto lo trasmiten algunos técnicos que no tienen en cuenta la enorme ventaja que tiene el jugador que lleva la pelota. Tiene la iniciativa, se puede encontrar con una defensa desorganizada, y lógicamente, domina las destrezas necesarias como para superar a su marca.
•Las características del rugby actual son las defensas impenetrables que terminaron por convencer a muchos técnicos sobre la imposibilidad de llegar al try en el hombre a hombre. Estas defensas impasables propuestas por muchos equipos han convertido a la cancha en un inmenso tablero de ajedrez donde solamente un Bobby Fisher o un genial estratega, puede ser capaz, con ingeniosas variantes ofensivas, de quebrar una verdadera muralla. Para lograr eso, es necesario un juego de tres o cuatro fases, donde el jugador puede ser detenido, se recicla el avance, pero sin arriesgar la posesión de la pelota.
•El ex entrenador de Los Pumas José Luis Imhoff, es partidario de un original principio que se encuentra en las páginas de “El arte de la guerra” de Sun-Tzu. En esa publicación, que refiere a estrategias bélicas, su autor señala que: “Generalmente el primero que ocupa el terreno y espera al “enemigo”, está en posición de superioridad sobre el contrario. Cuando su rival entra al campo de juego y se lanza al ataque, ya está en situación de desventaja”.
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