Cada vez hay más equipos de rugby de señores mayores y lejos han quedado aquellos momentos incipientes donde eran pocos los contendientes. Ahora hay más de 50 equipos que juegan durante todo el año. Todo es algarabía, algunos golpes, poco entrenamiento, grandes terceros tiempos y la familia, en su mayoría, integrada a la joda de los domingos a la tarde.
Algunos equipos luchan para conseguir una cancha donde jugar. Si el club sólo tiene una (ya quedan pocos con esa desgracia) hay que salir corriendo si llueve, ya que los clubes, y con lamentable razón, prefieren cuidar el "tesorito" para los equipos competitivos. La mayoría de los equipos juegan en la cancha 2 o 3 (o más, si hubiera) y eso es inmerecido, porque nuestras rodillas son tan valiosas como la de los chicos y es más, nos duele mucho más y tardan más en recuperarse.
En medio de ese pandemonium de una división que tiene dinero propio para hacer lo que quiera en el tercer tiempo (los chicos le dan al paty o al chory y la gaseosa, pero los señores mayores ...) hay una persona que une todas las voluntades y que en general no se lo tiene dónde él se merece, a veces es objeto de bromas, de quejas, y de cualquier pelotudez que a tanto viejo choto se le ocurre: el señor capitán.
La tradición marca que el capitán es diferente al resto de los jugadores. No sólo es el responsable del equipo dentro de la cancha, sino que debería ser la persona que guía al resto, el que decide qué hacer en un penal o el que decide si un jugador debe salir del campo de juego. En las giras, es el único que tiene una habitación sólo para él (¿será para llevar señoritas?) y goza del respeto de todos los jugadores.
Pero en el caso de los Veteranos es algo más. Es el que arregla los partidos a principio de año, el que vuelve a llamar a su par del otro equipo para confirmar el partido, el que junta las voluntades (por teléfono o mail) para saber si hay jugadores suficientes y además es el que decide quién entre por quién en el tema ese (horrible) de los cambios.
Escaso favor le hacemos cuando le preguntamos por boludeces. Hoy en día, muchos equipos se han avivado y los capitanes han delegado en algunos otros caballeros el armado del tercer tiempo, la cena semanal, la confirmación de los jugadores y el rejunte de dinero para el tercer tiempo, camisetas o lo que fuere.
Es por eso que hoy saludo a todos los capitanes, hayan sido votados o impuestos monárquicamente, líderes de todos los equipos de Señores Mayores y a la vez burros de carga de tamaña tarea que es unificar criterios, llevar adelante una tropa con peso propio y mantener a todo el mundo con una sonrisa, antes y después del partido. Y vaya mi saludo a mi amigo y capitán Fabo, que carga con esa chapa desde que se juntaron unos padres, algunos ex jugadores y algún otro despistado y formaron el equipo que hoy subsiste, ya con muchos jugadores integrados y muchas más que siguen apareciendo, sumando a su club esa cuota de experiencia que representan los mayores y haciendo algo hermoso que todos amamos mucho. Algo que seguro pasó con todos los equipos de jugadores veteranos.
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