Una vez más el deporte, y más precisamente el RUGBY, demuestra que es uno de los brazos solidarios que más destinatarios alcanza. Sin temor a equivocarnos, podemos asegurar que es el juego más equilibrado, más balanceado y más perfecto que existe para el hombre.
“El rugby es un medio y no un fin en sí mismo”. Un medio para educar. Un medio para relacionar. Un medio para divertir. El rugby se identifica con valores como el espíritu de equipo, el coraje, el esfuerzo y el compromiso.
La práctica del deporte tiene un impacto directo en la mejora de la salud, pero social y culturalmente se muestra además como una herramienta eficaz que contriibuye de manera relevante en las relaciones personales.
La ausencia de políticas socio-económicas que permitan el desarrollo de la comunidad demuestra el desinterés o la falta de capacidad de los dirigentes de trabajar seriamente en el tema, con inversiones y políticas a mediano y largo plazo.
En épocas como ésta, en las que el exitismo y la búsqueda de resultados parece ser el único estímulo que moviliza a las sociedades modernas, el trabajo destinado a la construcción del individuo, como persona, como ser ético, merece ser especialmente apoyado y difundido.
“Nadie puede cambiar por nadie”. Es necesario generar conciencia para el cambio a través de la transmisión de principios y valores. “Si no invertimos en cambio social, tal vez seamos víctimas de la sociedad…”
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