En mayo de 1978 fue portada del Rugby World, la conocida publicación que luego iba a ser Rugby World & Post bajo la dirección de Nigel Starmer-Smith, para recuperar unos años después su denominación original, Derek Quinnell, tercera línea, a veces segunda, galés y fundador de una pequeña dinastía de jugadores: Scott, Craig y Gavin.
Derek, el padre, tuvo más fortuna que sus hijos, sin embargo: fue parte de la generación de oro de País de Gales y jugó con los Bennett, Edwards, Davies (Gerald y Merwyn), Gravell, Price, Faulkner y ambos Williams, por citar solamente a algunos. Fue, además, el primer jugador que vistió los colores de los British Lions en test-match sin haber sido internacional con su país, lo que sucedió en la gira por Nueva Zelanda de 1971. Con esa vitola tuvo que debutar, desde luego, durante el V Naciones del año siguiente, y así lo hizo, sustituyendo a Merwyn Davies en el partido que enfrentó a los galeses con los franceses, en Arms Park. Reunió un total de 24 caps, lo normal en aquellos años, y tres giras con los Lions, con cinto tests en total. Y sepan que dio uno de los pases que propiciaron en enero de 1973 el famoso ensayo tempranero de Gareth Edwards frente a los All Blacks en el partido en que ambos vestían la camiseta de los Barbarians. Como narró Cliff Morgan, el comentarista y antiguo internacional galés:
"Kirkpatrick to Williams. This is great stuff. Phil Bennett covering, chased by Alistair Scowan. Brilliant! Oh, that's brilliant! John Williams, Brian Williams, Pullin, John Dawes. Great dummy! David, Tom David, the half-way line. Brilliant by Quinnell. This is Gareth Edwards. A dramatic start. What a score!"
Si su década fue la de los 70, sus vástagos irrumpen, lógicamente, en el rugby internacional en los 90. El primero Scott, pasó por ambos códigos, el nuestro y original y el de los separatistas del norte con Wigan, y en ambos lució los colores nacionales de Gales. Naturalmente volvió al código original con el poderoso caballero que es don dinero, en 1996. Su club, como el de su padre, fue el Llanelli RFC, hoy apellidado Scarlets por aquello de la mercadotecnia, con el que jugó hasta 1994, año en que sacó a la delantera del Dragón del letargo que sufría desde 1988, al menos, y consiguió aquel portentoso ensayo que anotó frente a Francia en la esquina del fondo sur, desde donde se veían aquellas casas bañadas en hollín que no sobrevivieron al reluciente Millenium Stadium.
El hijo pródigo volvió a la fe verdadera en 1996, decía, pero eligió Richmond, en Inglaterra, experimento de millonario que fracasó y arruinó a un club centenario que dejó a la institución en quiebra y siete u ocho categorías por debajo de la Premiership. Scott, quesolamente jugó de tercera línea, regresó en 1998 a Cardiff, donde acabaría su carrera con los Dragones en 2004 y con su club en 2005, como uno de los mejores "rojos" de todos los tiempos, al decir del mismísimo Phil Bennett.
Craig, el mediano de los Quinnell, fue un buen segunda línea. Más grande y fuerte que su hermano mayor, le superaba en cinco centímetros y quince kilos (198 cm por 130 kg) y coincidió con él en la selección galesa desde 1995 a 2002, para un total de 32 caps, veinte menos que Scott. Tampoco fue Lion, como su padre y su hermano, pero sí pieza clave en una renovada delantera que junto a la fuerza de los Quinnell contaba con el dinamismo de Charvis y Williams. Lo cierto es que no cabe comparar a uno y otro. Craig fue un bastión inexpugnable en el juego cerrado que entendía mejor que su hermano la guerra subterránea, lo que le costó más de una visita al sin bin. Sin embargo, ello no era óbice para que aprovechara su masa con demoledora eficacia cuando le llegaba un balón con espacio para correr, tanto con Gales como con sus clubes (pasó de Llanelli a Richmond con su hermano en 1996 y más tarde sirvió en Cardiff, Saracens, Worcester y de nuevo Cardiff Blues).
El menor de los Quinnell, nacido en 1983, es el hermano de mayor envergadura (201 cm y 138 kg), el único que no ha sido internacional absoluto (jugó con los sub 21 galeses) y ya con pocas probabilidades de serlo, a pesar de reunir las misma cualidades que Derek y Scott, quizás más versátil aún, y desde luego con la misma capacidad de motivación que exhibía el patriarca. Ha jugado para Llanelli, Worcester, Viadana y de nuevo para losScarlets, hasta que una desgraciada lesión le hizo perder la visión en un ojo hace seis meses, asunto este que ha trascendido a lo deportivo e investiga la policía local por un presunto delito de lesiones.
Familia rugbística la de los Quinnell, y de suerte diversa, ya se ve por los hermanos menores (Craig lo dejó por una lesión de cervicales) pero que ha dado momentos de gloria al rugby y a País de Gales, llevando con orgullo el testigo de la fe de los valles del sur.
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