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viernes, 19 de noviembre de 2010

A 14 años del retiro del Tano Loffreda



El 30 de Octubre de 1996 Marcelo Loffreda se retiraba como jugador del SIC luego de 20 temporadas en la Primera División. 

La semifinal del Nacional de Clubes frente a Hindú puso punto final a una carrera que no tiene parangón en la historia del SIC. 

Desde aquel lejano Abril de 1977 en el que hizo su debut en Primera, el Tano cosechó trofeos y reconocimientos de los más variados, que lo convierten en el “hombre récord” de la historia de nuestro club.

Disputó 20 temporadas en la Primera división; fue 9 veces Capitán del equipo; logró 11 campeonatos de la URBA (1977, 1978, 1979, 1980, 1983, 1984, 1986, 1987, 1988, 1993, 1994) y 2 Torneos Nacional de Clubes (1993 y 1994).

Con el SIC tuvo el honor de enfrentar a los seleccionados más poderosos del mundo y de lograr resultados favorables (Inglaterra, Australia –en dos oportunidades -, Fiji y Francia – en dos oportunidades -). 



Fuera de los perímetros de nuestro club, sus pergaminos tampoco tienen comparación. Disputó 79 partidos con los Pumas. Fue Capitán de ese equipo en 1989, 1990 y 1994 y fue designado Head Coach del Seleccionado Argentino durante largos 8 años, incluido 2 Mundiales.

Además, tuvo el honor de conducir a Los Pumas a un lugar de verdadero privilegio: El tercer puesto en el último mundial disputado en Francia 2007.

Sus hazañas y logros lo convierten en una de las personalidades más importantes de la historia del rugby argentino.

Recibió además, la distinción como "Caballero del Rugby", otorgada por la Asociación de Veteranos del Rugby.

Sus números traslucen asombro y su trayectoria dejaría boquiabierto a cualquier deportista destacado de cualquier deporte.

Sin embargo, detrás de esa catarata de logros y reconocimientos, debajo de esa montaña de copas y trofeos que ha cosechado, hay por sobre todo un hombre sencillo, prudente y tremendamente humilde y centrado; hay una persona enamorada del SIC y orgullosa de pregonar y difundir los valores y principios fundacionales de nuestro club.

Sus gestos y su palabra sirven de brújula para que las nuevas generaciones de zanjeritos y zanjeritas no pierdan el rumbo y transiten por el camino de la superación, el esfuerzo, la honestidad y el respeto.

Los valores de un ambiente inigualable - por Diego Lebermann



¿Que te da un club de rugby de distinto a lo que muchos sueñan alcanzar, como por ejemplo algunos jugadores de nuestro medio , proyectan irse a jugar a clubes de otras zonas o incluso fantasean con el exterior? Decía un ex Puma ( en realidad para mi, un PUMA nunca dejara de serlo, no se porque pongo ex),  en un artículo que se titula: los valores de un ambiente inigualable.  Cuando me fui a jugar afuera , logré una experiencia enorme en cuanto al juego en sí y en cuanto a mi desarrollo físico , ya que al entrenar como profesional mi cuerpo y mi cabeza solo pensaban en rugby. 

Chau amigos, chau terceros tiempos, chau novias al costado de la cancha, chau salidas con los chicos,  chau tipos que te bancan por que sos del club de toda la vida. Chau jugar por la sola razón de defender el color de tu club, por el tipo que tenés al lado.

 Pero esa ilusión es para muy pocos, es muy lindo soñar con grandes contratos, con vivir del rugby, con hacer solo lo que me gusta.  lo cotidiano del estudio, o del trabajo te da otra perspectiva de la vida,  que nunca te la va a dar el profesionalismo deportivo. El esfuerzo que si gnifica hacer eso, mas entrenarte como si fueras profesional,  te da otra visión de las cosas, solo el tiempo dirá si esto es cierto o no , suena lindo vivir del rugby , pero que pasa cuando se termina? Empiezo de cero en otra actividad? Trato de permanecer en algún lugar rentado del juego para poder vivir? Suena difícil en estos tiempos no?

 Desde mi opinión , no estamos en este momento aún; todos los jugadores de nuestro medio deben hacer el doble esfuerzo de entrenarse casi como profesionales y estudiar o trabajar de acuerdo a su edad. Hay muchos ejemplos que demuestran que se puede, no es solo para unos pocos. Todavía nuestro rugby es  amateur, y lo será por varios años más, no nos confundamos, creyendo que por haber llegado a determinado lugar,  somos invencibles o por haber logrado estar cerca de un objetivo fijado, estamos para “ otra cosa”. Tampoco permitamos se les creen falsas expectativas a nuestros jugadores, incluso a nuestros juveniles, que todos, están muy empapados por los medios de comunicación disponibles hoy en día. O padres confundidos, quizás ingenuamente por no conocer bien el medio donde nos desarrollamos, o por entrenadores bien intencionados pero poco realistas.

No perdamos de vista , sobre todo en juveniles que el rugby es FORMATIVO.

 Hay jugadores que solo piensan en ser profesionales, mi visión es que si deciden ese camino, primero evalúen si vivieron como tal mientras jugaban en su club, y segundo que busquen una actividad paralela porque, si triunfan,  tendrán al finalizar la “ vida de jugador,  una salida laboral real, y si no llega a buen puerto la idea de trabajar en el rugby, tendrán una herramienta para defenderse en la vida.

 El club, tus amigos y tus afectos son valores INIGUALABLES, no tengas dudas de eso. 

La experiencia cotiza en alto - Por Claudio Leveroni

Los Pumas guardan un sabio equilibrio en la transferencia del conocimiento de una generación a otra. La columna de opinión de Claudio Leveroni que se publicará en la edición 173 de la Revista Tocata del próximo sábado, en ocasión de las semifinales del nacional de clubes. Tu opinión en el twitter @claudioleveroni
En una reunión con la juventud de su partido, Juan Perón, mientras dibujaba una sonrisa en su rostro dejando escapar su clásico guiño de ojo,  les pedía a sus interlocutores paciencia para adquirir sabiduría. “Ustedes creen que llegan más rápido tirando todos los días a un viejo por la ventana”, señaló para dejar instalada una frase que hizo carrera entre las citas populares. El recuerdo viene a cuenta para entender que aquella reflexión es aplicable en todos los aspectos de la vida, el deportivo inclusive. 

El paciente recambio generacional que llevan adelante Los Pumas desde el mundial de Francia, encuentra en algunos jugadores el soporte principal para que ese tránsito sea exitoso. Lo destacó hace pocos días Santiago Phelan al reconocer que Mario Ledesma, Martín Scelzo y Rodrigo Roncero se pusieron el equipo al hombro en un difícil momento como fue después de las dos derrotas consecutivas que el seleccionado argentino sufrió, en junio, ante Escocia. 
“Fueron dos caídas catastróficas”, definió Phelan ensalzando la importancia de la tarea que los más experimentados transfirieron, en esos momentos, a los más jóvenes. Muchas veces se desestima, de manera demasiado ligera, el valor de aquellos jugadores que cruzan la línea biológica de una edad que, al decir de esas ligerezas, deberían pensar en retirarse. Con 37 años, 75 test y tres mundiales jugados, Mario Ledesma se ha transformado en uno de lo pilares que sostienen esa transferencia de valores y experiencia hacia las nuevas camadas que se incorporan al plantel Nacional. 
Conmovió verlo el sábado último ubicado en la primera línea del esquema defensivo cuando Italia atacaba con sus delanteros. Se paró como un General al frente de su tropa poniendo cuerpo y alma en cada tackle, mostrando el mismo camino que tantas veces transitó desde su debut en Los Pumas en 1996. Por encima de los errores que hubo en los lines, Ledesma fue una de las figuras del valioso triunfo ante la Azzurra en Verona, casi en la misma línea de Scelzo y Roncero entre los forwards y Felipe Contepomi entre los tres cuartos. 
Si bien es cierto que fue un partido que no tuvo el brillo de aquel extraordinario triunfo, cuatro meses atrás, ante Francia en Vélez, es necesario destacar que se trató del primer test de la gira ante un rival áspero que sabe complicarle las cosas a Los Pumas. Y ante ese panorama la experiencia cotiza en alto. No es un secreto argentino, ni mucho menos. 
Los principales equipos que compiten en las ligas europeas mantienen primeras líneas con mucha experiencia. Los mayores de 30 años son los más cotizados en esa posición, los más buscados. Entre ellos están Ledesma, Scelzo y Roncero una primera línea titular que se ha transformado en guía para el resto de Los Pumas.


Colgó los botines un grande - Javier Pértile se fue con todos los “honores”

Luego de la consagración de Regatas de Resistencia en el Regional del NEA, el internacional back chaqueño decidió colgar los botines. Lo hizo jagndo en gran forma, haciendo jugar y volcando toda su experiencia. A pocos días de cumplir otro año más, festejó con amigos y en familia la vuelta olímpica de Regatas.


Javier emigró a Italia allá por 1992, demoró muy poco tiempo en afianzarse en La Roma uno de los principales clubes de primera línea de la Italia Ligue Rugby, donde poco tiempo después aparecería otro chaqueño y de Regatas.

Sus buenas actuaciones lo llegaron a ser tenido en cuenta por la Federación Italiana de Rugby para integrar el seleccionado nacional de 15. Jugó en el equipo A de Italia y en el seleccionado mayor italiana, disputando grandes test match internacional,

Debutó en 1994 frente a Rumania y su último test match fue ante Sudáfrica en 1999. Poco tiempo después volvió a la Argentina , estuvo un par de años sin jugar en Regatas pero volvió a vestir la roja y blanca y se despidió con un Campeonato Regional. Nada más y nada menos que un gran broche de oro para un gran jugador, que por su experiencia y visión de juego le dio brillo a esta Regatas que al salir campeón vio como colgaba los “botines” este grande del rugby del NEA.

Felicitaciones por la carrera y el cierre de un grande, a lo grande.
Como reza la plaqueta que entregaron los dirigentes de la Subcomisión de Rugby de Regatas de Resistencia, el pasado 18 de septiembre, en oportunidad en la que Regatas debutaba en el Torneo del Interior 2010, ya sin Pertile en sus filas, compartimos la frase de la plaqueta: “Al mejor jugador de la historia de la URNE ”.

Fuente: Tiempo de Rugby


Carta abierta a Padres y Entrenadores



José Danelotti, Presidente del club Monte Grande, elaboró y publicó hace unos años una carta abierta para el rugby infantil dirigida a padres, entrenadores y dirigentes.

Esa carta representa una noticia auspiciosa que debiera tener entusiastas imitadores en todas las latitudes.

“Dejenme jugar con la alegría que de por sí represento, déjenme ser un niño que a mi me gusta serlo.
Dejenme vivir la edad que tengo, pues solo pasa una vez por mi vida.
No se desesperen por mis derrotas y menos aún no se sientan derrotados, pues el dolor que me produce perder, termina cinco segundos después del llanto y ya ni me acuerdo volviendo a sentir alegría por jugar y ser un niño.
No quieran que sea un chico grande, busquen que sea un gran chico…
Cuando estoy jugando yo soy feliz, y pareciera desde adentro que compitieran los de afuera por nosotros, que se tuvieran celos entre los padres, que sufrieran por el triunfo que no llega.
¡ Por favor ¡ Dejenme jugar sin presiones, sin retos, sin tantas correcciones, sin ver la triste realidad de verlos pelear por mi.
¡ Por favor ¡ Dejenme que juegue solo, dejen que me divierta, dejen que sea feliz; no lo olviden, soy un niño…y solo una vez en la vida.”

Oda a los Capitanes - Por Marcelo Mariosa (Tirasaca)

Algunas veces, los jugadores mayores no saben cuánto les deben a los "capitanes" de sus equipos, los tipos que se hacen cargo de armar los partidos del año, llamar a todo el mundo para asegurar presencia a pesar de los decenas de mails que se cruzan durante la semana.

Es que los señores mayores solemos ser más difíciles que los chicos, que son obedientes y no tienen responsabilidades. Y entonces suele pasar que uno, a pesar de las enormes ganas que tiene de jugar y/o de juntarse con los amigos, es probable que un hijo, la mujer o hasta la suegra se enfermen y ese fin de semana genial se transforme en una desgracia. 

Ni que decir cuando la "patrona" no esta muy de acuerdo con este marido deportista que le tocó, porque (según ellas) ya se bancaron muchos años de rugby (y no saben que todavía falta mucho) y encima uno cae un domingo cualquiera con la rodilla hecha un bollo y con destino quirúrgico. Mamita querida. 

En muchos de los equipos que conozco, si el capitán elegido se "cae" por algún problema, es muy probable que nadie levante la bandera y tomar ese trabajo adicional que representa armar el equipo, que nadie se ofenda, que el tercer tiempo sea razonable en comida y precio, que los regalos para los visitantes estén listos y que nadie falte. 

Yo sé que muchos ayudan, pero el capitán viene a ser como el Auditor General y a la vez el Gerente Responsable del área. Pero sé de un equipo que no sólo tiene una comisión para cada actividad, equipos de llamadores, encargados de giras y de cada cosa que pudiera ocurrir a lo largo y a lo ancho del año deportivo. Son esos mismos que dos por tres se juntan para votar democráticamente y tienen más diferencias que Obama y Bush entre ellos. 

Pero a la hora del silbato, todos corren detrás de la pelota y se olvidan las diferencias. A cierta edad, uno ya quiere disfrutar de las mieles del rugby (si es que el físico aún se lo permite) y que nada malo pase, que la comida sea agradable, que todos estén bien y que nadie se enoje. Para pelear por los puntos hay una edad, para entrenarse como locos también. Y si hay cientos de locos que se juntan a jugar un "fulbito" todos los fines de semana, por qué no nosotros no podemos jugar a nuestro querido deporte, unos decibeles más bajo que cuando era por los porotos, divertirnos como locos y juntarnos con los amigos de siempre o nuevos amigos que se suman a compartir la dicha del viejo juego. 

Si alguno de los lectores conoce a algún jugador que esta dudando, tráigalo. Que vea un partido, que participe de un tercer tiempo. Y cuando se ponga los cortos y entre a la cancha, su cerebro sentirá que es joven de nuevo y será feliz, como cada uno de ustedes cada domingo. Un abrazo.